domingo, 18 de junio de 2017

Una ley divina

Lo que das, recibes

(Lucas 6:37-42)



¿Alguna vez te has visto inmiscuido en un chisme? Yo, sí. Aún era un adolescente cuando osé hablar cosas no ciertas de un amigo de mi padre, tan solo porque tuve envidia de las cosas que tenía y de cómo se vestía. Al ser descubierto, me llevé una confrontación de aquellas, pero eso no fue lo peor... Lo peor fue que con el pasar de los días, el chisme mentira se volvió contra mí. Desde aquella vez aprendí que, sea bueno o malo: lo que doy eso también recibiré. Si tan solo hubiera leído el evangelio de Lucas antes, no hubiera cometido aquél feo error que por cierto llevó tiempo olvidarlo. El Señor Jesús dijo: no juzgues para que no seas juzgado, no condenes para que no seas condenado, perdona para que seas perdonado, en la medida que den también se les dará, fíjate en ti mismo y en tus errores si alguna vez pretendes hablar de los errores de otros. El que aprenda y practique estas reglas básicas podrá enseñarlas sino será mejor que calle... (Versículos 37-42) Estas palabras del maestro pueden sonar un poco fuertes para algunas personas y superficiales para otras, lo cierto es que son bastante importantes en nuestro diario vivir. Nos ahorraríamos algunos dolores de cabeza y unas cuantas maldicinos si tan solo las pusiéramos en práctica. Adicionalmente, siendo más generosos también seríamos mucho más bendecidos de lo que hoy somos. Entonces, tú decides...
Dios te dé sabiduría en cada día de tu vida y recuerda: Lo que das, eso también recibirás.

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